Todos somos energía

Ayudemos a liberar nuestra energía positiva, todos aquellos sentimientos encontrados que a lo largo del día pasan por nuestra mente y los dejamos encerrados en jaulas. Tememos donarlos porque tememos quedarnos sin ellos. Somos guardianes de nuestra energía como vigilantes de nuestra propia seguridad.

Tan sólo nos liberamos de los malos sentimientos, de aquellos que nos molestan y nos hacen sentir mal, esos sí que pronto nos encargamos de transmitirlos de alguna manera que otra para contagiar a los demás intentando liberarnos de ellos.

Pero sólo conseguimos a la larga que vuelvan de regreso a su casa, a nuestra propia mente creadora, aquella que nos provocó el miedo y las inseguridades.

Mientras tanto escaseamos cada vez más de sentimientos puros porque lo que guardamos únicamente para nosotros tiene caducidad.

Debemos transmitir toda esa energia que a lo largo de los días obtenemos en momentos puntuales para liberarla hacia los demás, hacia cualquier persona que se cruce en nuestro camino aunque fuese nuestro peor "enemigo".

Sólo la buena energía en cuanto la entregamos hacia alguién necesitado, ella misma se multiplica para volver de regreso a su creador con mucha mayor intensidad.

Os reto por un día para que lo probéis.

LA ENERGÍA NI SE CREA NI SE DESTRUYE, SIMPLEMENTE SE TRANSFORMA